viernes, septiembre 29, 2006

Quinceañeras


Grupo de adolescentes venezolanas en viaje de quinceaños por París.

De Brassai


“Nosotros los fotógrafos -para parafrasear a Carroll- somos una ralea de granujas, de mirones, de ladrones. Estamos en todas partes allí donde no se nos desea; traicionamos secretos que no nos han sido confiados; espiamos sin vergüenza lo que no nos atañe y nos apropiamos de lo que no nos pertenece”.

Matrix y las revoluciones


(publicada originalmente en 2005)

La película Matrix Revoluciones (The Matrix Revolutions, USA, 2003) ha generado un sinnúmero de comentarios a favor y en contra. Hay quienes la ven como obra maestra (hasta cuatro veces han ido a verla) y otros como la desafortunada conclusión de una trilogía que debió quedarse en la primera parte y no continuarla sólo por su éxito comercial, cuando no había las bases para seguir una trama coherente (en sí misma, como debe ser en toda obra de creación).

Toda revolución trae consigo consecuencias negativas y positivas. El diccionario de la Real Academia define revolución como cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación. En los discursos del México moderno hemos oído que la revolución sigue viva, en marcha, y que no acabó con su institucionalización. Un cambio violento que se sigue revolucionando para, eso se dice, estar cada vez mejor.

Cada quien lee la historia como quiere. El villano para algunos puede ser el héroe para otros, y un logro pregonado por un sector puede ser un retroceso para otros, por eso tanta mentada de madre por correo electrónico y hasta en persona, o mohines, o miradas de la Doña en sus buenos tiempos. Los nuevos historiadores han cambiado las ideas que se tuvieron durante mucho tiempo y se han reducido un poco las polaridades con que apreciábamos a los personajes de que nos hablan los libros de primaria y secundaria. Hemos aprendido a ver con ojos críticos, a dudar, de lo que se nos dice es la realidad.

La tercera parte de Matrix, industria y universo creados por los hermanos Andy y Larry Wachowski para cine, video, internet y hasta historieta, es la culminación de una narración que parte de la idea de cuestionar la realidad. La primera Matrix, una ingeniosa actualización de Alicia en el País de las Maravillas, nos hizo pensar y combinó conceptos de diversos campos y creencias que hicieron pensar en genialidad de los directores. Hubo opiniones, interpretaciones y hasta tesis desde muchas áreas del conocimiento: electrónica, filosofía, religión, matemáticas, teoría de la imagen, numerología, etc. El éxito provocó la secuela y ya inmersos en Hollywood los Wachowsky se alistaron para la segunda y tercera partes.

La segunda parte, Matrix Reloaded, decepcionó a gran parte de los admiradores de la original, por abandonar muchos de sus preceptos y centrarse en los efectos especiales. Igual que el Episodio I de Star Wars. Regresaron Neo (Keanu Reeves), Morpheus (Laurence Fishburne), el agente Smith (Hugo Weaving) y Trinity (Carrie-Ann Moss), pero todo se centró en la multiplicación de los Smith independizados y la persecución en la autopista.

La tercera parte (que se anuncia como “todo principio tiene un final”) es no la revolución tan anunciada sino, como se dice en México, “una transición negociada”: Neo, el supuesto Mesías, negocia con las máquinas la paz para que ellas se libren del peligro externo (Smith) y los humanos puedan vivir tranquilos, sea en la Matrix o en el mundo real “lo que sea posible”.

En un país católico y acostumbrado al (en alguna parte lo leí, pero no recuerdo la fuente) “mesianismo sexenal”, y ahora con el krauzismo del Mesias Tropical, la idea de Matrix prendió con todo esplendor. Hubo lecturas y contralecturas desde las más coherentes hasta las más locas. La idea de hombres contra máquinas proviene de la lucha contra un sistema establecido, sea cual sea el estilo político de éste. Los héroes luchan contra una realidad que les es ajena, porque intuyen que hay algo mejor. En el caso de Matrix no es mejor, pero tampoco lo es la realidad que logran algunas revoluciones. Las instituciones (es decir, las máquinas) siguen allí afuera y algunos pueden soñar con otra cosa pero ya no hay marcha atrás. Desgraciadamente.

Matrix Revoluciones no se centra ya en el mesías, sino en otros personajes que si bien no son los elegidos sí tienen que ver con el logro de los propósitos de paz. Casi todos coinciden en que es mejor que la segunda pero no más que la primera. Todo mesías debe morir para dar vida, y así pasa con Neo. Sobreviven los que construyen la realidad, los que están detrás de la lucha, instigando a los personajes a actuar de una u otra forma.

Todo es cíclico. Parecido pero no igual. Cualquier semejanza con “la realidad” no es mera coincidencia, y que sigan las discusiones.

Centenario de Manuel José Othón 1 (Hugo Gutiérrez Vega)


(tomado de La Jornada Semanal, domingo 28 de agosto de 2005, núm. 547)

ACERCAMIENTOS A MANUEL JOSÉ OTHÓN
(II de IX)

Para Marco Antonio Campos, el "Idilio salvaje" es un poema "desgarradoramente melancólico". Tiene razón, pues siendo justamente prolijo en el enunciado de los estados de conciencia y de los sentimientos encontrados, apenas nos permite asomarnos al drama humano que no produjo en ella "ni la moral dolencia, ni el dejo impuro, ni el sabor del llanto". Y sí produjo en él un "horrible disgusto de mí mismo". Hay en este alto poema exaltación y desesperanza, en él se reúnen la emoción y la perfección formal y su escenario dramático da profundidad tanto al impulso lírico como al deslumbramiento de los sentidos. Por estas razones, pido disculpas a los maestros de la catalogación y evito detenerme en las consideraciones sobre la estirpe neoclásica, premodernista o modernista del "Idilio...". Es difícilmente clasificable. Abramos un apartado único y exclusivo para él en el gran recuento, canónico o marginal, de la poesía de todas las lenguas y de todos los tiempos.

Fue Othón en su momento, neoclásico, entró al mundo del romanticismo con su poema "El canto de Lord Brock", incursionó por los aires del modernismo del que abominaba y fue siempre fiel a su propia voz y a sus preocupaciones más íntimas. Todas estas influencias y la originalidad irreductible encuentran su cumbre mayor en el "Idilio salvaje". Pero pasemos a considerar algunos aspectos de su biografía para intentar una mejor comprensión de su obra. En su caso, como en el de muchos otros poetas, funciona la idea de Ungaretti: "Todo libro de poemas es una –o en parte– bella biografía."

De Luis Cortes Bargallo


El sufrimiento constante es la verdadera cosa humana, por grande que parezca:
estar en todos lados y en ninguno; querer lo que no se tiene, tener lo que no se quiere;
hacer hasta lo imposible por mantenerse así.
Raro privilegio, cómo brillan, crecen, se deshacen las cosas,
lo que inventamos de las cosas,
cuando pensamos en la propia muerte,
en la muerte de todo lo que amamos.

De obsesiones y mitos en la politica mexicana

Florescano, Enrique (Coord.),
Mitos mexicanos, Nuevo Siglo/Aguilar,
México, 1995
(reseña publicada originalmente en 2003)

La política siepre ha sido tema de escritores y académicos. Desde La República, de Platón, hasta La Silla del Águila, de Carlos Fuentes, hay obras que desmenuzan, mediante la historia, la narración o la ficción, lo que pasa con quienes detentan el poder, lo que debemos hacer los ciudadanos, y cómo inmiscuirnos en la cosa pública para que se oiga nuestra voz.

Coordinados por el historiador Enrique Florescano, un grupo de académicos, escritores y politólogos escribió el catálogo de los mitos “más entrañables, populares u obsesivos entre los mexicanos”. Dividido en tres apartados, “La nación y sus mitos”, “La sociedad y sus mitos” y “personajes”, nos interesa aquí a propósito del tema central de entrelíneas, que es el de elecciones y transición, inconclusa, traicionada o no, dar a conocer algunos de los temas que tratan plumas como las de Alfredo López austin, Carlos Monsiváis, Armando Bartra, José Joaquín Blanco, Luis González de Alba, Hugo Hiriart y Enrique Serna.

Estos mitos, como muchas prácticas políticas, parecieran hoy un tanto lejanos, pero las noticias dan cuenta de los coletazos que aún tiran los dinosaurios que siguen aquí, como en un cuento que todavía no acabo de leer.

Antes de hablar de la mitología de la revolución mexicana, Arnaldo Córdova define al mito como “el inicio de una identidad espiritual de una comunidad, un pueblo o una nación; algo o alguien que dan sentido y voluntad de vivir a sus integrantes”.
Jorge Hernández Campos asegura que fue en 1968 cuando se rompió el mito del presidente todopoderoso y desapareció en 1994. Su inicio lo marca en la figura del general Lázaro Cárdenas, quien “logra concentrar en el Ejecutivo […] la fuerza de la revolución transformada en genio de la justicia social”.

El omnipresente Monsiváis escribe sobre “el político: arquetipo y estereotipo”, al que ve caer de su cómodo lugar por los cambios en el poder real: es la economía y no la política la que manda: “las elecciones son el prerrequisito fastidioso, caerle bien a los electores no es ni siquiera hazaña menor. Los políticos siguen siendo visibles pero el verdadero poder ya se localiza en otra parte”.

José Woldenberg, consejero presidente del IFE, es el encargado de desmenuzar la institución de “el tapado”, el elegido por el presidente para seguir haciendo vigentes los proclamados logros de la revolución. Y ya auguraba que no hay tapadismo que dure cien años ni pueblo que los aguante, aunque poco faltó. “Porque si la competencia se instala, si el presidente emerge de un proceso electoral en donde contiendan diferentes ofertas, El Tapado de un partido será entonces un candidato más y no El Ungido”.

El tema que aborda el también ubicuo Lorenzo Meyer es el PRI, hasta hace poco “algunas veces un cuento y otras un ente sobrenatural, con poderes mágicos que no están al alcance de los partidos comunes y corrientes”. Hijo natural del presidencialismo, “también el presidencialismo lo llevaría a su fin”.

“El licenciado” es el tema de Mario Guillermo Huacuja. El licenciado es el tuerto en el país de ciegos, “el oráculo de la nación” desde los años cincuenta, y un título honorario que se da incluso a quienes no lo son siempre y cuando lo parezcan. El autor rescata “los empeños de los licenciados más nobles para darle la limpieza a las elecciones”, pero refiere que el licenciado “tendrá que pedir una licencia definitiva en la historia”. Es tiempo de los doctores.

Aunque el mismo Florescano se disculpa por la falta de tiempo, recursos y personal para redondear más esta obra, quizá habría que añadir a los mitos/personajes que manejan en el libro (el pueta, el charro cantor, el indigenista, la prostituta, el narcotraficante, las secretarias, el vulcanizador) los del diputado, de las campañas, del gobernador, del elector, de la primera dama, del locutor y otros tantos que siguen allí, renovándose en la conciencia colectiva, dando de qué hablar e imaginar.

jueves, septiembre 21, 2006

Literatura y región





(Texto introductorio de Ignacio Betancourt a "Investigación literaria y región", El Colegio de San Luis, Col. Cuadernos del Centro, SLP, 2006).

En el arte, como en la vida, lo que no es universal resulta excluyente; la peculiaridad se sustenta en lo colectivo, lo singular es también común. En la misma medida en que la condición humana no sólo se construye desde una región específica o un tiempo histórico único, la producción del discurso literario no depende de una sola serie, sea geográfica, política o cultural; los propios conceptos de época o lugar resultan imprecisos pues sus determinaciones implican una diversidad que influye siempre de múltiples maneras.

Dice Renato Prada Oropeza que “una región o zona, por sí misma, no ofrece ningún sustento a la caracterización de la producción literaria que se presenta en sus límites”, salvo en el caso de la literatura oral que tiene vínculos semióticos con el lugar “tanto al nivel de la expresión (lingüística regional a nivel fonético, sintáctico-semántico, pragmático) como del contenido (la referencialidad al menos virtual a hechos, personas típicas de la región, fenómenos atmosféricos, costumbres)”; debido a ello sólo la literatura oral podría llamarse en sentido estricto “literatura regional”, como lo sugiere José Luis Martínez Morales. Podemos aceptar entonces que “lo regional” puede ser tematizado en la escritura, pero siempre en función estética y no referencial.

En la presente edición se incluyen tres textos de académicos contemporáneos diversos que reflexionan sobra las relaciones entre producción e historia literaria y región, y ofrecen al lector aproximaciones al tema desde diversas perspectivas. El doctor Martínez Morales manifiesta en su ensayo “¿Literatura regional en tiempos de globalización?” que aunque la literatura no tiene fronteras, “vivimos todavía en México, tanto política como culturalmente, una situación de régimen centralista. Es conveniente, por lo tanto, que surjan propuestas para sistematizar y dar a conocer las producciones literarias que se forjan desde las mismas regiones o estados, sobre todo si se sustenta la idea de que una historia de la literatura organizada desde el centro no siempre hace justicia a todos los escritores valiosos”; y concluye que exaltar la producción local tiene sustento, “cuando lo que predomine sea la calidad y no el sentimentalismo por lo nuestro”.

Por su parte, el Dr. Humberto Felix Berumen señala en “El sistema literario regional. Una propuesta de análisis”, que debemos “pensar la literatura regional en términos de un sistema literario particular regido por leyes propias, pero como parte a su vez de un conjunto mayor de sistemas jerarquizados que coexisten e interactúan”, lo cual permite un adecuado equilibrio en lo que podríamos llamar relación dialéctica entre lo general y lo particular, lo regional y lo nacional, lo universal y lo local.

El crítico Antonio Cornejo Polar dice respecto a todo sistema literario que éste se conforma por “redes intertextuales que obedecen a la coherencia de procesos productivos analizables como secuencias que se extienden desde la emisión hasta la recepción del mensaje literario”; de esta manera, resulta inevitable la diversidad de enfoques que el acercamiento al hecho literario admite en su largo itinerario, dado su carácter especialmente histórico. Salvar el determinismo, tanto geográfico como temático, es el reto para la investigación que se realiza en las distintas regiones del país.

Finalmente, el Dr. Alfredo Pavón nos advierte en su ensayo “Antologías e historia literaria” que la crítica y la historia literarias son “armas proporcionadas por sus propias leyes de organización y por sus objetivos más precisos (periodizar, analizar, juzgar las cualidades y defectos de las obras literarias) y han conquistado ya un espacio en la cultura de México”; lo que indudablemente permitirá estudios e investigaciones que contribuyan a una comprensión más compleja e inclusiva de la producción literaria de nuestro país en sus distintas épocas. Alfonso Reyes señalaba que “toda historia literaria presupone una antología”, y el Dr. Pavón siguiendo esa línea reflexiona sistemática y lúcidamente sobre las características que compilaciones y compiladores deberán asumir en el cumplimiento de sus objetivos: el análisis y la difusión de la literatura mexicana en su diacronía y su sincronía.

La Coordinación de Estudios Literarios de El Colegio de San Luis espera que esta triple incursión por los avatares de la literatura nacional y su diversidad estimule a los lectores de hoy, y los motive a interesarse no sólo por la obra y el autor sino por todo el sistema literario en que se crea y se recrea el discurso; tres puntos de vista complementarios e incluyentes para una mejor aproximación a la literatura de un país único y universal.

San Luis Potosí, diciembre de 2005
El Colegio de San Luis

Cerro de San Pedro



Los silencios culturales de Cerro de San Pedro

(ponencia de AR durante el Festival Cultural de Cerro de San Pedro, organizado por el Frente Amplio Opositor en marzo de 2006

Agradezco a los organizadores, especialmente a Marta y a Martín, la invitación para venir a compartir algo y compartir la mesa con estos maestros.

Una avertencia, o mejor dicho dos: este es un texto muy personal y creo que la cultura es lo más importante, incluso a pesar de los funcionarios que la dirigen, incluso a pesar del lugar que se le da en los medios, incluso a pesar del poder económico de trasnacionales como Minera San Xavier (MSX).

Hace un año anduve aquí con varios compañeros en la grabación de un documental para un curso que ofrecieron algunas instituciones educativas de San Luis Potosí. La idea era dar voz a todo tipo de habitantes de Cerro de San Pedro, opositores, indiferentes y conformes con la MSX, hombres, mujeres y niños, crear un mosaico que reflejara a este pueblo y su historia, algo representativo de los 3 mil 404 habitantes del municipio, distribuidos en 18 localidades, donde de 721 hogares en 187 el jefe de familia tiene 60 o más años.

Recorrer las calles vacías, los cascarones de casas, el tratar de acordarme —por lo que oí de niño— de dónde vivieron mis bisabuelos, los testimonios emocionados y emocionales… todos los causales fueron brutalmente enriquecedores y motivantes de horas de discusión.

Ese reto, del afecto contra la razón, de la cultura contra o a pesar de la economía, es el centro de este texto. La invitación es a compartir la idea de que, sin importar el medio, el mensaje es lo que cuenta, o lo que es lo mismo, no podemos aferrarnos a una cultura si no entendemos que la cultura la debemos construir entre todos, con los medios antiguos y modernos que están a nuestro alcance.



La comparación con el pueblo rulfiano al que llegó Juan Preciado en busca de su padre —en ese viaje de febrero del año pasado— fue inevitable, ya que se celebraban cincuenta de la publicación de Pedro Páramo: “Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles. Mis pisadas huecas, repitiendo su sonido en el eco de las paredes teñidas por el sol del atardecer”.

Pero hay otra frase que también le queda a Cerro de San Pedro, por desgracia: “Hay pueblos que saben a desdicha. Se les conoce con sorber un poco de su aire viejo y entumido, pobre y flaco como todo lo viejo. Este es uno de esos pueblos, Susana”.



Y es que Cerro de San Pedro desde su fundación estuvo abajo, literal y gráficamente, debajo de San Luis. Era el lugar de donde venía la riqueza pero los españoles prefirieron asentarse en donde en ese tiempo había agua, era un lugar de trabajo pero poca atención recibió en cuanto a servicios. Era un pueblo provedor, pero sus habitantes siempre estuvieron olvidados. Cualquier compañía minera o cualquier gobierno siempre lo tuvieron como centro de bienes materiales pero siempre se olvidaron, se olvidan, de sus habitantes. Hasta 1996 nadie se acordaba de ellos. Y ahora que hay 25 familias en riesgo, que se pueden caer edificios históricos pasa lo mismo, pues para ellos, los del poder, para muchos jóvenes, no pasa nada.

Mi mujer es de un pueblo que también sabe a desdicha, como Comala o como Cerro de San Pedro. Villa Juárez, en la zona media del estado, es un lugar que también se ha quedado solo, donde los hijos de los migrantes hablan inglés y se aburren de regresar a un lugar sin atractivo, donde la edad de la población se acrecenta y los familiares, los niños, prefieren no regresar, donde la cultura se ha perdido.

Tercera cita de Pedro Páramo: “no existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague”.

¿Cómo lograr un justo medio entre nuestras visiones idealistas y las remembranzas de quienes sin compartirlas fueron parte de la historia como mineros y hoy se mueren de hambre, o están enfermos? La globalización insiste en crear comalas, lugares donde los muertos siguen hablando, pero entre ellos y ningún “vivo” los escucha, como sucede con los muertos de San Juan de Sabinas, Coahuila. Pero aquí aún hay oportunidad de encauzar la lucha de una tradición contra las siglas de las trasnacionales, a pesar del desinterés oficial de todos los niveles de gobierno.

Apenas este jueves se anunciaron millones de pesos invertidos en Real de Catorce, a nivel federal y estatal, mientras dejan que a Cerro de San Pedro, como se dice coloquialmente, se lo cargue el payaso. Al centro cultural de mi barrio, el de Tlaxcala, destinan unos cuantos miles, mientras funcionarios de varios niveles van y se quejan al De Efe del centralismo o van España y se gastan más de lo que se tienen que gastar. No es justo y hay que reprendérselos. La cultura son los intercambios que se dan a nivel comunal y municipal, pero los gobiernos tienen que apoyar, que para eso son simples mandatarios. Hay que invertir cuando se quiere ganar, y eso cualquier apostador lo sabe.



Hay que dejar que los demás hablen, y respetarlo, y hay que oponernos a la realidad de los empresarios en el poder. El chiste es cómo. El chiste es cómo retomar el pasado y el presente en la creación y recreación de una cultura que debe rendir frutos en el futuro. Ojalá que los presentes aquí podamos ofrecer una postura razonable ante la sinrrazón de los intereses mercantiles, una opción interesante para quienes prefieren el peyote, las construcciones antiguas o las artesanías de Real de Catorce, un intercambio digno ante los embates de quienes prefieren lo ya establecido, lo que más se vende.

No podemos esperar a que una explosión como la de Pasta de Conchos, o un desastre como pasó en Nueva Orleans, saque a flote las miserias y las riquezas irrecuperables y quedarnos nomás con la idea de lo que se pudo hacer. Pero todo depende de los intercambios reales que podamos hacer, de la humildad que pongamos en estar en el lugar del otro.

Además de las propias luchas por el poder económico, el papel de los estudiosos, sean artistas o académicos, y de los líderes de opinión en general, debe ser acrecentar el capital simbólico de las comunidades, que en el caso de Cerro de San Pedro es inmenso, aunque quedan pocos usuarios, apenas 25 familias distanciadas en el discurso. Las nuevas pugnas no son sólo entre clases sociales, sino entre los “que se mueven”, como diría el maestro Nestor García Canclini, contra las “ideas fijas de los sedentarios”. Otro investigador, Bauman, lo equipara con la diferencia entre turistas, casi siempre voluntarios y capaces de adquirir, contra los vagabundos, obligados a dejar su lugar o a ocupar los que el turista no quiere. Todos deberíamos decir sobre, y disfrutar la cultura, a gozar nuestras diferencias y similitudes.



Son problemas culturales pero también económicos los que debemos contribuir a resolver. Sucede que más de la mitad (mil 260) de la población de 12 años o más (2 mil 386) de nuestro Cerro de San Pedro no tiene escolaridad después de la primaria y también más de la mitad (mil 348) es económicamente inactiva. Y tal vez este sea el municipio con menos población a nivel estatal, pero de sus pocos habitantes hay cinco con cancer, quién sabe si por los efectos de la minería. La historia se encargará de hacernos saber las costumbres y los infortunios de la minería, profesión en desuso y ya en franca retirada como la de los ferrocarrileros. En SLP todos tenemos o tuvimos algún familiar en una de esas dos profesiones.

En aquel video que hicimos algunos entrevistados dijeron que de historia no se vive. Otros dijeron que sí, que se puede vivir de la historia. Algunos científicos serios y uno que otro vival sí han sabido vivir de la historia, eso que ni qué. Conozco personas que viven en el cascarón de una ex hacienda, pero no saben qué es lo que pasó en ella. Y a la mayoría, gobierno incluido, no les importa.

García Canclini advierte más que transformar órdenes injustos se debe buscar reinsertar a los excluidos, sin caer en la primacía propuesta por algunos académicos de olvidar que en estos tiempos todos somos diferentes, desiguales y desconectados. La cultura no es una dádiva, es un aporte y un intercambio.

San Pedro, la aldea ya globalizada gracias al empuje del Movimiento Amplio Opositor, tiene muchos habitantes desconectados. La conección ideal con Real de catorce se vuelve lógica, pero con varias diferencias: la ruta del peyote marcó a una generación hacia el desierto, mientras Cerro de San Pedro es un botín que se pelean la Minera, la zona roja y otros comerciantes para quienes la historia es cosa de fotografías.



Clifford, citado por García Canclini, afirma que en estos tiempos la identidad se vuelve coyuntural, pues se nutre de “pasados (re) coleccionados recurriendo a medios, símbolos y lenguajes extranjeros”.

Recoleccionemos, pues, el pasado, y hagámos vivir a estas casas, a estas calles y, sobre todo, a sus habitantes.

lunes, septiembre 18, 2006

Sabines 2



“Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?

Diario Semanario

OK: Rousseau 4

“Se establecieron también nuevas formalidades para recoger las tabletas, contar los votos y compararlos, etc., lo cual no impidió que la fidelidad de los encargados de tales funciones infundiese a menudo sospechas. Por último, para impedir la intriga y el tráfico de los votos, se dieron edictos cuya multitud demuestra su inutilidad”.

El Contrato Social, p. 65.

Rousseau 3

“Las elecciones por suerte tendrían pocos inconvenientes en una verdadera democracia, en la que, siendo todos iguales, tanto en costumbres y talentos, como en principios y fortuna, la selección sería casi indiferente. Pero ya he dicho que no existe una verdadera democracia”.

El Contrato Social, p. 59.

Rousseau 2

“Instituido el Estado, la residencia es señal implícita del consentimiento: habitar el territorio es someterse a la soberanía”.

Ahí viene una nota al pie:
“Esto debe entenderse siempre de un Estado libre, porque además de la familia, los bienes, la necesidad de asilo, la violencia, pueden retener a un habitante en un país a pesar suyo, y entonces su resistencia no supone su consentimiento al contrato o la violación de él”.

El Contrato Social, p. 57.

Sabines 1



“Sólo en sueños,
sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro las puertas detrás de mí.
¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!”

Tarumba

Rousseau 1

“No existe en el Estado ninguna ley fundamental que no pueda revocarse, incluso el mismo pacto social”.

El Contrato Social, p. 55.

Confiemos en las instituciones...

...porque seguramente dentro de 20 años nos dirán —por medio de una "filtración" videograbada, una comisión del pasado o en las memorias seniles de alguno de los protagonistas— que sí hubo fraude, o que sí se amenazó a obreros y a muchas personas con despidos, excomuniones o pobreza extrema.

Tal vez al final del sexenio de Calderón nos enteremos que su padre era extranjero, o que sus parientes se enriquecieron, pero las instituciones, garantes de nuestra democracia, lo harán saber en el tiempo adecuado y, obviamente, lo desmentirán. En todos los programas de televisión, informativos, de entretenimiento o de chismes de la farándula, se encargarán de que recuperemos la sonrisa y que no desconfiemos de quienes han recibido una iluminación más allá de la mentalidad promedio. Si no encuentran quien nos diga que estamos equivocados, ellos lo inventarán.

En este pueblo no debe pasar nada. Debemos esperar.

Ya ni nos acordaremos de esto cuando surja otro escándalo, otra frustración. Ocupémonos en enojarnos con los cantantes que insultan a nuestras mujeres o a nuestra patria. Quizá algunas actas de la elección fueron truqueadas como muchas fotos, pero las instituciones deben prevalecer. Unos cuantos votos de más no son importantes, ni la opinión de nadie afecta a los demás, al menos no significativamente. Ni siquiera tras una árdua investigación se puede probar que los llamados líderes de opinión lo sean.

Si se insulta a alguien éste debe perdonar y ayudar al agresor a que el país viva sin peligros. Y preocuparse por otra cosa. Como pasó en las elecciones estatales y municipales, donde los mismos panistas se sorprendieron de ganar sitios que no esperaban, y los opositores ni pio dijeron por estar pendientes de la elección federal.
¿Qué tanto es veinte años?

Total: si lo dice el Gran Hermano, dos más dos son cinco.

viernes, septiembre 15, 2006

Itaca - Constantino Kavafis

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante tí.

Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes voluptuosos,
cuantos más abundantes perfumes voluptuosos puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.

martes, septiembre 12, 2006

Festival Abbapalabra 2006



Poetas invitados:

ALBANIA:
Xbedev Bajraj

COLOMBIA:
Celedonio Orjuela Duarte
Jairo Bernal
Teresa Caro

COSTA RICA:
Martha Royo
Alvaro Mata

VENEZUELA:
Alfredo Herrera
Jacqueline Goldberg
Alexis Romero

NICARAGUA:
Edgard Cardoza Bravo

FRANCIA:
Isabelle Pierret

MÉXICO:
Silvia Eugenia Castillero
Ernesto Lumbreras
Juan José Macias
Enzia Verducci
Alejandro García
Eduardo Vázquez Martin
Orlando Ortiz
Eduardo Lagnagne

SAN LUIS POTOSÍ:
Félix Dauajare
Jeanne Karen
Héctor Esquer
Armando Adame
Alfredo Contreras
Miguel Angel Vázquez

El perfume

in memoriam Lila López de Gamboa Creadora del Festival Internacional de Danza Contemporánea de San Luis Potosí 

El perfume de las lilas es sutil, y no es tan apreciado como el de las rosas. El primero nos hace sentir calor de hogar, el segundo amor apasionado, el primero es tierno, el de las rosas es romántico. Desgraciadamente, ninguna flor dura por siempre, a menos que sea de plástico. Son mortales, pero su impacto en el sentido del olfato es permanente. Lila López perfumó al estado de San Luis Potosí, a México, defendiendo su derecho a bailar y a ser bailada, a creer, a crear y a ayudar a crecer a muchos que fueron sus alumnos. Su delgada figura de collares y blusas tradicionales se abrió paso en muchos hogares, generación tras generación. Muchas señoras, jóvenes y niñas no pueden creer todavía que la figura desapareció, aunque quede su aroma. La danza es el arte efímero, dice una frase muy gastada en las críticas periodísticas, pero igual que todas las artes impacta en la conciencia, en la memoria. Al final todo arte es efímero, en realidad. Un libro puede estar más tiempo, permanecer en materia inerte, pero sólo cobra sentido cuando se lee, por más que permanezca en el librero o en las librerías. Igual que un perfume, se siente cuando se huele, no en flor o en el frasco . La noche de este miércoles, durante el velatorio, el maestro Gamboa, su compañero durante 36 años, comentaba lo innegable: su amor inmenso por Lila, y su sentimiento de desamparo. Por más que uno la espere la muerte llega con lágrimas. Ya el gobernador había declarado su apoyo a que se rescate la obra coreográfica de Lila, pero no se puede rescatar el don de la amistad, el carisma, la tranquilidad que irradiaba la fundadora del Ballet Provincial, la incansable promotora del festival Internacional de Danza de San Luis Potosí. Seguirá el esfuerzo, pero no será igual. Seguirá el charro Micailo tratando de escapar de una diablesa, la flor del cactus dándonos su color y su hermosura, los atavismos llenándonos de reflexiones. Pero la energía de Lila no estará más. 

 Queda su aroma... 

 Alexandro Roque, 11 de octubre de 2001

Nabokoviendo 2


“Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melancólico [...] con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en su sutil espinazo (…) para reconocer de inmediato (…) al pequeño demonio mortífero entre el común de las niñas; y allí está, no reconocida e ignorante de su fantástico poder”.

Humbert Humbert en Lolita.


Este es el que vigila la ciudad de Oaxaca. En el mirador, permanece impasible.

Será tristeza o algo más.

No lo sé desierto, como dijo aquel...

lo supongo.

lunes, septiembre 11, 2006

El mirón...



Me encontré esto y quiero compartirlo. El escuincle pelón que está viendo a la cámara soy yo. Me cargan mis abuelos Rubén Mendoza y Juana Silva, ambos ya qepd, y al lado está mi madre, Elvia Mendoza. Siempre he sido muy posado para las fotos y eso lo toma todo mundo a chunga. Ahora que vi la foto dije: con razón. Ni modo, algo ha de haber en los génes. Por eso también me gusta tomar fotos, sobre todo de bellezas.

Ojalá quienes lleguen por aquí puedan compartir fotos de cuando eran niños.

viernes, septiembre 08, 2006

Juárez en SLP



Busto de Juárez en Villa Juárez, San Luis Potosí

(fragmentos de una plática sobre don Beno en el plantel 28 del Colegio de Bachilleres)

Primero, como apunte histórico, recordemos que Juárez dio su aval a don Jesús González Ortega (sí, hay una calle que lleva su nombre en este pueblote) para destruir el templo de Merced, ubicado donde hoy está el mercado Tangamanga. “Confianza, no la inspiraba Juárez”, escribió Primo Feliciano Velázquez.

El entonces presidente tuvo que salir de la ciudad de México y el 9 de junio de 1863 llegó a la ciudad de San Luis Potosí, nombrándola provisionalmente capital de la república, pues, anunció, “tantas facilidades presta para promover la guerra contra el enemigo de nuestra grande y querida patria”.

Otro sitio en el que estuvo Juárez fue en la Casa Grande de la cabecera municipal de Salinas de Hidalgo, una hermosa hacienda que aún conserva algunos salones tal como los usó don Benito, y que próximamente será la sede del centro cultural de Salinas.

En la actualidad, y de nuevo en la capital del estado, si caminamos del centro hacia el sur de la ciudad, después de la calle de Zaragoza, pasando el Jardín Colón, empieza un empredrado peatonal. Para algunos sigue siendo la avenida Juárez, pero dicho nombre se le cambió a oficilmente a Calzada de Guadalupe hace ya una década, no sin discusiones de si era bueno o malo cambiar el nombre del liberal por de la Virgen. Podemos decir, más bien, que se le restituyó el nombre original, pues ese era el nombre de la calzada desde hace mucho tiempo. Juárez se qudó con la avenida después de avenida Salvador Nava, también conocida como Diagonal Sur o Los Puentes.

Ya ven, como los nombres oficiales no importan tanto a final de cuentas.

¿Alguien sabe dónde queda el Palacio de Justicia? La mayoría nos referimos a él como La Cabeza de Juárez, y así lo ubican la mayoría de los taxistas al pasar por la calle de Vallejo, entre Comonfort y Rayón, más o menos a la mitad entre el jardín de San Francisco o jardín Guerrero. Esta cabeza es igual a una que está en la ciudad de México y que es símbolo de una unidad habitacional de interés social. Algo así como el papá que siempre está atento a lo que hacen sus hijos.

Otro Juárez al que todo mundo le da la vuelta y casi nadie ve es el que está en medio del laberinto llamado Distribuidor Juárez. La estatua que antes dominaba la glorieta quedó oculta por tanto vehículo que quiere pasar rápido, aunque sea a claxonazos.

Más recientemente, en donde hace algunos años eran las instalaciones de la Feria Nacional Potosina, al lado del estadio Plan de San Luis, se construyó la ciudad judicial Presidente Juárez, que aunque tras unas rejas está presidida por una gigantesca estatua del Benemérito de las Américas, sentado en una posición similar a la de la estatua de Abrahám Lincon en Washington, que a su vez está basada en una pose clásica del padre de los dioses en Grecia, Zeus, que fue llamado Jupiter por los romanos. Y Así está don benito, como un dios.

Déjenme contarles que hace unos días fui a tratar de tomarle una foto a ese Juárez, al de la Ciudad Judicial. En cuanto me vio con la cámara un guardia me advirtió que está prohibido tomarle fotos, que tendría que pedirle permiso al jefe de recursos Materiales, quien lo pondría a consideración del pleno. Olvídenlo, les dije.

Y qué decir de los municipios. En San Luis Potosí hay un municipio que muy pocas personas conocen pero tiene una gran riqueza histórica. Se llama Villa Juárez y está en la zona media, entre Cerritos y Rioverde. En su plaza principal, obviamente, tiene una gran cabeza de Juárez dorada, y su fama es sobre todo porque es un gran exportador de mano de obra a Estados Unidos.

Sin embargo, además de recomendarles que lean este libro que se llama Villa Juárez, la bella villa, les quiero platicar que este municipio no se llama así por un homenaje masivo, por una decisión general de sus habitantes para agradecerle al héroe, sino por la decisión de un grupito de ricos que pidieron que se cambiara el nombre original por feo.

Y es que antes de 1939 se llamaba Carbonera.

¿Pero es que alguien sabe que Acapulco se llama Acapulco de Juárez?

Estas son apenas algunas lecturas que se han hecho de la vida y obra de don Benito Juárez, desde varios puntos de vista. El pretexto fue el aniversario redondo, nuestro gusto por las décadas y siglos. 200 años. Pero con aniversario o sin aniversario ojalá más gente lea más acerca de nuestra historia, y de todos los mundos que están aguardando en las bibliotecas y librerías.

Europa: Mi encuentro con Javert (segunda parte)



La espera que desespera. Pasaron dos horas y perdimos el avión, aunque los oficiales nos aseguraron que nos ayudarían a conseguir otro. Lo malo es que con las amenazas de bomba Air France no soltó las maletas y se quedaron con las ganas de echarle el guante a nuestros calzones.

—Tienen que esperar —dijo Javert.

Y yo con las ganas de fumar, después de un largo viaje. Me dieron permiso en una parte del sucio corredor que estaba lejos de la alarma de fuego. El cigarro fue inspeccionado de lejos por el inspector y otro guardia se quedó conmigo, por si acaso me escapaba como Edmundo Dantés.

Me aventé como cinco de un jalón...

Pero no eran suficientes. Estaba nervioso, aunque digan que el que nada debe nada teme. Del otro lado del vidrio pasaban muchas personas, pero para ellos era un espejo limpio. Javert seguía empecinado en que yo tenía que traer algo (ilegal) en la maleta. Lo bueno o lo malo es que Air France nomás no soltaba las maletas por las amenazas del día anterior en Inglaterra.

¿Qué tal si echaban algo a la maleta para justificarse? Quien conozca a la policía mexicana sabrá que no es descabellada la idea.

Después de tres horas, como a las cinco de la tarde, hora París, nos soltaron un "usted disculpe" y nos acompañaron a cambiar nuestro boleto. Javert aún me volteaba a ver, como para estar seguro de que no me estaría burlando de él. Nos dejaron en la sala de espera y nos avisaron que al avión a Madrid salía a las siete con diez minutos. compramos una baguét, un refresco y un café por 9.50 euros y esperamos amodorrados. Me acompañó en la palm el buen Jean Valjean, preso en ese rato por haber robado una hogaza de pan.

Viaje sin contratiempos. Comprobamos por qué mucha gente odia la comida de los aviones. Llegamos a madrid y fuimos a recoger las maletas. media hora y nada. Por fin, las bandas se echaron a andar y la mayoría de las personas recogieron las suyas y se fueron. Las nuestras nada. Eran las 11 de la noche cuando la encargada de quejas nos informó que seguramente las petacas estarían en París y que llegarían al día siguiente.

Error: los datos del hotel estaban en el equipaje. Pos mañana le hablamos, señorita, para decirle en qué hotel vamos a estar.

La forma de hablar gritada de algunos personajes del aeropuerto Barajas nos hizo saber que no sería fácil encontrar información. Por fin se nos ocurrió revisar en Internet y encontramos el nombre de nuestro destino: Hotel Rafael Atocha. Gracias a Air France, a Javert y a sus ayudantes perdimos el traslado incluido en el tour y tuvimos que pagar 28 euros para llegar al hotel. Yo me bajo en Atocha, canturreamos, cansados.

Las luces de Madrid son tan bellas...

He sido un paria en París,
México me atormenta, Buenos Aires me mata,
pero siempre hay un tren que desemboca en Madrid,
pero siempre hay un niño que envejece en Madrid,
pero siempre hay un coche que derrapa en Madrid,
pero siempre hay un fuego que se enciende en Madrid,
pero siempre hay un barco que naufraga en Madrid,
pero siempre hay un sueño que despierta en Madrid,
pero siempre hay un vuelo de regreso a Madrid.

Y así, arribamos por fin a la madre patria. Y olé.

jueves, septiembre 07, 2006

Enseñanzas del futbol (en el Colsan)


Imagen de la presentación de Enseñanzas del futbol, de Tomás J. Calvillo Unna, en la biblioteca Rafael Montejano y Aguiñaga de El Colegio de San Luis el pasado 29 de junio.
En la mesa, en el orden acostumbrado, José Santos Zavala, el autor, su servidor y José Antonio Rivera Villanueva.

(foto: Ernesto Zavaleta)

miércoles, septiembre 06, 2006

Nuevo libro sobre promoción cultural



Por fin, después de años (y no es simple queja, es literal) de andar limosneando en instituciones culturales su apoyo para la publicación, por fin sale a la luz PROMOCIÓN CULTURAL EN SAN LUIS POTOSÍ, EL LEGADO DE ROGELIO HERNÁNDEZ CRUZ, de Emilia Cervantes, Luz Galván y un servidor, que es un homenaje a este periodista cultural, promotor, teatrero, maestro y locutor de los buenos, y además aporta textos que (desgraciadamente) no han perdido actualidad en esta tierra en la que a pocos parece importar la cultura, sobre todo en los ámbitos oficiales.

Se retoma la premisa de que la cultura la hacemos todos: chavos banda, comunicólogos sin trabajo, fotógrafos libidinosos, quinceañeras, indígenas, zapatistas, damas popoff, chicleros, artistas, parias.

Edita Ediciones desierto. Informes y pedidos: debajodelagua@gmail.com

Merecido homenaje...



... a quien callada pero constantemente ha enaltecido a su tierra, Cárdenas, San Luis Potosí, entre aulas, rieles y archivos, el profesor investigador de El Colegio de San Luis Miguel Ángel Herrera Bravo, también conocido como Mighaner.

Festival de Danza



Sí, así dejaron los actuales administradores culturales (panistas) al Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López. Aunque se dice que han hecho mejor selección de grupos, lo cierto es que echaron abajo uno de los logros del festival, que era reunir en San Luis a muchos grupos que venían a tomar cursos, pues la fecha tradicional era en verano.
No les importó que en octubre el FIDC compita con el Cervantino, con Tamaulipas y otros. Lo importante era hacer sentir que ellos tienen el mando.
En fin. Quedan los recuerdos.