miércoles, noviembre 22, 2017

Los derechos de los lectores - Daniel Pennac

1. El derecho a no leer.
"El derecho a no leer nos permite períodos de dieta, durante los cuales no tenemos ningún libro en nuestras manos, ya sea porque existen otras obligaciones, otros entretenimientos u otros intereses que ocupan nuestro tiempo, sin dejar por ello de seguir siendo lectores".

2. El derecho a saltarnos páginas.
"Un gran peligro les acecha si no deciden por ellos mismos lo que está a su alcance y se saltan las páginas que ellos escojan: otros lo harán en su lugar. Se armarán con las grandes tijeras de la imbecilidad y recortarán todo lo que consideren demasiado 'difícil'".

3. El derecho a no terminar un libro.
"Hay treinta y seis mil motivos para abandonar una novela antes del final: la sensación de ya leída, una historia que no nos engancha, nuestra desaprobación total a la tesis del autor, un estilo que nos pone los pelos de punta, o por el contrario una ausencia de escritura que no es compensada por ninguna razón de seguir adelante... Inútil enumerar las 35.995 restantes".

4. El derecho a releer.
"Releer no es repetirse, es ofrecer una prueba nueva de un amor infatigable. Así que releemos […] Releemos gratuitamente, por el placer de la repetición, la alegría de los reencuentros, la comprobación de la intimidad".

5. El derecho a leer cualquier cosa.
"Existe lo que yo llamaría una 'literatura industrial' […] Éstas serán, con seguridad, malas novelas. ¿Por qué? Porque no tienen nada que ver con la creación sino con la reproducción de 'formas' preestablecidas, porque son un intento de simplificación (es decir de mentiras), cuando la novela es arte de verdad (es decir de complejidad), porque al halagar nuestros automatismos, adormecen nuestra curiosidad, en fin, y sobre todo, porque el autor no está allí, como tampoco está la realidad que pretende describirnos".
"Una de las grandes alegrías del pedagogo es —cuando está autorizada cualquier lectura— ver a un alumno cerrar solo la puerta de la fábrica best-seller para subir a respirar donde el amigo Balzac".

6. El derecho al bovarismo.
"Vilipendiamos la estupidez de las lecturas adolescentes, pero no es raro que nos rindamos al éxito de un escritor telegénico, del que nos burlaremos cuando haya pasado de moda. Las preferencias literarias se explican muy bien por esta alternancia de nuestros caprichos ilustrados y de nuestras negaciones perspicaces.

7. El derecho a leer en cualquier sitio.
Si, yo puedo sin mentir, y esto es doctrina
decir que leí entero a Gogol en la letrina.

8. El derecho a hojear.
"Yo hojeo, nosotros hojeamos, dejémosles hojear. Cuando no se dispone ni de tiempo ni de los medios para regalarse con una semana en Venecia, ¿por qué negarse el derecho a pasar allí cinco minutos?"

9. El derecho a leer en voz alta.
"¿Ya no tenemos derecho a meternos las palabras en la boca antes de clavárnoslas en la cabeza? ¿Ya no hay oído? ¿Ya no hay música? ¿Ya no hay saliva? ¿Las palabras ya no tienen sabor?"

10. El derecho a callarnos.
"El hombre construye casas porque está vivo, pero escribe libros porque se sabe mortal. Vive en grupo porque es gregario, pero lee porque se sabe solo. (...) Nuestras razones para leer son tan extrañas como nuestras razones para vivir. Y nadie tiene poderes para pedirnos cuentas sobre esta intimidad."

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