jueves, marzo 30, 2017

El estilo indirecto - James Wood

«La narración omnisciente raramente es tan omnisciente como parece. En primer lugar, el estilo del autor por lo general hace que la omnisciencia en tercera persona parezca parcial y llena de modulaciones. El estilo tiende a atraer nuestra atención hacia el escritor, hacia el artificio de la construcción del autor, y por tanto hacia la propia impronta del autor. De ahí la casi cómica paradoja del célebre deseo de Flaubert de que el autor sea «impersonal», como una especie de Dios distante, y la elevada personalidad de su propio estilo, esas frases y detalles exquisitos,  que no son ni más ni menos que la firma llamativa de Dios en cada página: vaya con el autor impersonal. Tólstoi se acerca mucho más a una idea canónica de la omnisciencia del autor, y usa con una mayor naturalidad y autoridad un modelo de escritura que Roland Barthes llamaba "el código de referencia" (o a veces incluso "el código cultural"), mediante el cual un escritor apela confiadamente a una verdad universal o consensuada, o a un corpus de conocimiento cultural o científico compartido.

»Lo que resulta tan útil del estilo indirecto libre es que en nuestro ejemplo una palabra como "estúpido" a veces pertenece tanto al autor como al personaje; no estamos totalmente seguros de quién es el "dueño" de la palabra. Quizás "estúpido" refleje una ligera acritud o distancia por parte del autor. O bien la palabra puede pertenecer "totalmente" al personaje, y el autor, en un brote de empatía, se la ha "entregado", por decirlo así, al hombre lloroso...»


En Los mecanismos de la ficción

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