jueves, octubre 08, 2015

De letras y otras sopas (2)

Extraña cocina 
Shel Silverstein

Me senté a la mesa y pedí una chuleta
y una suave voz mugió: "¡vaya!"
Levanté la mirada y me di cuenta
de que la camarera era una vaca.

Grité: "Pollo era lo que yo quería".
Pero entonces oi un clo clo:
¡La ayudante era una gallina!

"Comeré pescado por esta vez".
Pero me volví hacia la cocina
y vi que el cocinero era un pez.

Chillé: "¿Trabaja alguien por aquí
que sea cebolla o perejil?
¿No? Pues bien, esto voy a tomar:
ensalada hasta reventar".

"Que la dueña es una cabeza de ajo".

El nombre de la rosa 
Umberto Eco

“La cocina era un atrio inmenso lleno de humo, donde ya muchos sirvientes se ajetreaban en la preparación de los platos para la cena. En una gran mesa dos de ellos estaban haciendo un pastel de verdura, con cebada, avena y centeno, y un picadillo de nabos, berros, rabanitos y zanahorias. Al lado, otro cocinero acababa de cocer unos pescados en una mezcla de vino con agua, y los estaba cubriendo con una salsa de salvia, perejil, tomillo, ajo, pimienta y sal. En la pared que correspondía al torreón occidental se abría un enorme horno de pan, del que rugían rojizos resplandores. Al lado del torreón meridional, una inmensa chimenea en la que hervían unos calderos y giraban varios asadores. Por la puerta que daba a la era situada detrás de la iglesia entraban en aquel momento los porquerizos trayendo la carne de los cerdos que habían matado.”

Sarah Bahbah


Contra los gourmets
Manuel Vázquez Montalbán

"El llamado arte culinario se basa en un asesinato previo, con toda clase de alevosías. Si ese mal salvaje que es el hombre civilizado arrebatara la vida de un animal o planta y comiera los cadáveres crudos, sería señalado con el dedo como un monstruo capaz de bestialidades estremecedoras. Pero si ese mal salvaje trocea el cadáver, lo marina, lo adereza, lo guisa y se lo come, su crimen se convierte en cultura y merece memoria, libros, disquisiciones, teoría, casi una ciencia de la conducta alimentaria."

Sobrevivo (1976-1977) 
TAMALITOS DE CAMBRAY
(5,000,000 de tamalitos)
Claribel Alegría

A Eduardo y Helena que me
pidieron una receta salvadoreña.

Dos libras de masa de mestizo
media libra de lomo gachupín
cocido y bien picado
una cajita de pasas beata
dos cucharadas de leche de Malinche
una taza de agua bien rabiosa
un sofrito con cascos de conquistadores
tres cebollas jesuitas
una bolsita de oro multinacional
dos dientes de dragón
una zanahoria presidencial
dos cucharadas de alcahuetes
manteca de indios de Panchimalco
dos tomates ministeriales
media taza de azúca
r televisora
dos gotas de lava de volcán
siete hojas de pito
(no seas mal pensado es somnífero)
lo pones todo a cocer
a fuego lento
por quinientos años
y verás qué sabor.


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