miércoles, agosto 26, 2015

De El Sistema Periódico - Primo Levi

«Destilar era bonito. Lo primero porque es un quehacer lento, filosófico y silencioso, que te tiene ocupado pero te deja tiempo para pensar en otra cosa, es un poco como montar en bicicleta.

»Pero ya no estamos en el tiempo de los duendes, los nícolos y los cobaldos. Somos químicos, o sea cazadores. Son nuestras "las dos experiencias de la vida adulta" de las que hablaba Pavese, el éxito y el fracaso, matar a la ballena blanca o destrozar la nave. No debe uno rendirse a la materia incomprensible, no se puede uno sentar encima de ella. Estamos aquí para eso, para equivocarnos y corregirnos, para encajar golpes y devolverlos. No nos tenemos que considerar nunca desarmados; la naturaleza es inmensa y compleja pero no impermeable a la inteligencia, tienes que cercarla, horadar, sondear, buscar el lugar de paso o construírtelo tú.

»[Un átomo de carbono] el que nos concierne, traspasa la barrera intestinal y entra en el torrente sanguíneo; emigra, llama a la puerta de una célula nerviosa, entra y suplanta a otro carbono que formaba parte de ella. Esta célula pertenece a un cerebro, y éste es mi cerebro, el de mi "yo" que escribe, y la célula en cuestión, y dentro de ella el átomo en cuestión, se encarga de mi labor de escribir, en un gigantesco y minúsculo juego que nadie ha descrito todavía. Es la célula que en este instante, surgiendo de un entramado laberíntico de síes y noes, hace a mi mano, sí, correr sobre el papel en una determinada dirección y dejarlo marcado con estas volutas que son signos: un doble disparo, hacia arriba y hacia abajo, entre dos niveles de energía, está guiando esta mano mía para que imprima sobre el papel este punto: éste.»

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