(Herman Melville, Moby Dick)
* * * * *
1:16 Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos.
1:17 Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.
Capítulo 2 Oración de Jonás
2:1 Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez,
2:2 y dijo:
Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno del Seol clamé,
Y mi voz oíste.
2:3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares,
Y me rodeó la corriente;
Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.
2:4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos;
Mas aún veré tu santo templo.
2:5 Las aguas me rodearon hasta el alma,
Rodeóme el abismo;
El alga se enredó a mi cabeza.
2:6 Descendí a los cimientos de los montes;
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;
Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.
2:7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová,
Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
2:8 Los que siguen vanidades ilusorias,
Su misericordia abandonan.
2:9 Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;
Pagaré lo que prometí.
La salvación es de Jehová.
2:10 Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.
(La Biblia)
Bababadalgharaghtakamminarronnkonnbronntonnerrnn- tuonnthunntrovarrhounawnskawntoohoohoordenenthurnuk!
(James Joyce, Finnegan's Wake)
* * * * *
Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto
patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Jorge Luis Borges, La lluvia)
2:1 Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez,
2:2 y dijo:
Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno del Seol clamé,
Y mi voz oíste.
2:3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares,
Y me rodeó la corriente;
Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.
2:4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos;
Mas aún veré tu santo templo.
2:5 Las aguas me rodearon hasta el alma,
Rodeóme el abismo;
El alga se enredó a mi cabeza.
2:6 Descendí a los cimientos de los montes;
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;
Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.
2:7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová,
Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
2:8 Los que siguen vanidades ilusorias,
Su misericordia abandonan.
2:9 Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;
Pagaré lo que prometí.
La salvación es de Jehová.
2:10 Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.
(La Biblia)
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Bababadalgharaghtakamminarronnkonnbronntonnerrnn- tuonnthunntrovarrhounawnskawntoohoohoordenenthurnuk!
(James Joyce, Finnegan's Wake)
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Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto
patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Jorge Luis Borges, La lluvia)
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