Nada memorable pasa en estas campañas por la gubernatura, las alcaldías y las diputaciones a tres (menos) meses de las elecciones. Puros golpes a la imagen de los contrincantes, promesas ya mil veces dichas, las fotos y los boletines (¿gacetillas?) de hace cincuenta años en los que solo cambia el nombre.
Muchos cambiaron de partido, otros de apariencia. La gente habla de votar por el menos peor, o anular su voto. Las enjundias de siempre entre correligionarios o enemigos le dan un poco de sabor al caldo, que sigue sin embargo muy desabrido.
Ojalá los candidatos o sus jefes de prensa, si es que nos leen, nos hagan llegar sus propuestas en materias de educación y cultura, para ver qué tal, y compartirlas.
No se ve claro, ojalá se aclare el panorama. Creo que no es mucho pedir, ¿o sí?
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