viernes, enero 02, 2015

Autopsia

En busca de esos porqués que tanto angustiaban a su amada, hoy él se hizo una autopsia, cuando se dio cuenta de que ya tenía un par de días muerto. Con un cutter tiró el primer trazo, del cuello al pubis. La piel se abrió y la línea se tornó roja. Sin prisa se desentrañó, o eso intentaba: hurgó en sus brazos, en su torso, y no encontró palabras pero sí cientos de porqués, miles, que no se estaban quietos, fluyendo sin cesar de la cabeza al corazón, de los ojos al pene, de sus oídos a las manos. Quiso aprovechar su rigor mortis para disecarse y no supo cómo, todo le temblaba. Ya cansado, en medio del persistente insomnio, ese que no lo había dejado ver su muerte, decidió clavarse un alfiler en el pecho y aceptar que sólo era parte de una colección.

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