lunes, octubre 27, 2014

Personalidad dividida - Alvaro Menén Desleal

—Tengo razones fundadas, doctor —dijo el hombre de impoluto traje blanco, pacientemente recostado en el diván del psiquiatra—, para suponer que padezco de una personalidad dividida.

El psiquiatra anotó en su libretita que, tentativamente, desechaba la presencia de una esquizofrenia: en general, una persona afectada de tal dolencia evita la consulta con el médico.

La consulta duró casi dos horas. Hubo preguntas cortas y respuestas largas. Aparentemente más tranquilo, el hombre se despidió del psiquiatra, pagó a una secretaria el valor de la consulta, y ganó la puerta.

En la calle, vestido de negro riguroso, le esperaba otro hombre.

—¿Lo confirmaste? —preguntó el hombre de negro.

—No sé —fue la respuesta del hombre de blanco. Luego se fundieron en un solo individuo, enfundado en un traje gris.


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