martes, noviembre 26, 2013

José Miguel Tomasena, Premio Bellas Artes de Cuento SLP 2013

"José Miguel Tomasena Glennie, autor de ¿Quién se acuerda del polvo de la casa de Hemingway?, firmado con el seudónimo “Rafa Pox”, fue declarado ganador por unanimidad del Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2013, convocado por Conaculta/INBA y con el apoyo del gobierno de San Luis Potosí, por medio de su Secretaría de Cultura y el Museo Francisco Cossío.

"En opinión de los miembros del jurado, Bernardo Esquinca, Alberto Chimal y Armando Vega Gil, otorgaron el premio a este libro 'por tener una voz muy especial y alejada de lo convencional; por su juego con las referencias metaliterarias, que a la vez son profundas y accesibles, y por la solidez de su propuesta, en la que las diferentes historias se conectan de diversas maneras y hay una visión global y atrevida de la literatura y del mundo de sus personajes'.

"José Miguel Tomasena Glennie es periodista y narrador. Actualmente es editor de la revista Magis, del ITESO, institución en la que también es profesor de escritura creativa y conocimiento y cultura."

domingo, noviembre 24, 2013

Me and my shadow - Jeff Goldblum



You'll never get rid of me 
Let all the others fight and fuss 
Whatever happens, we've got us. 
(Me and my shadow)
We're closer than pages that stick in a book 
We're closer than ripples that flow in a brook 

sábado, noviembre 23, 2013

Calvino y Borges


"Cuentan que en 1984 Italo estaba en Sevilla con su mujer, Chichita, argentina de origen. En un hotel de la ciudad, Jorge Luis Borges, ciego desde hacía tiempo, estaba reunido con un grupo de amigos. Llegaron también los Calvino. Mientras Chichita hablaba con su compatriota, Italo, como era norma de la casa, se mantenía a una prudente distancia. Su mujer, que lo conocía bien, le susurró al autor bonaerense: 'Borges, Italo también ha venido…' Apoyado en su bastón, Jorge Luis Borges irguió la barbilla y dijo con la hermosa calma de los ciegos: 'Lo he reconocido por su silencio'.”

Tomado de "Gente de pocas palabras", por acá.
Algo de Calvino sobre Borges, por allá.

viernes, noviembre 22, 2013

Del fuego viene y en él acaba toda música... - Emilio Westphalen


Del fuego viene y en él acaba toda música
No hay diferencia entre música en incendio.
Las columnas del sonido concluyen en llamas.
Borbotean en el fuego las músicas.
Un magma ardiente danza y se arrebata.
Descuartícenme al fuego de la música-
En rescoldos de música entiérrenme
La dulce y terrorífica música
retiempla aire y ánimo.

miércoles, noviembre 20, 2013

El mundo de Shakespeare - W. H. Auden

"La diferencia entre las tragedias y las comedias de Shakespeare no estriba en que en unas los personajes sufren y en las otras no, sino que en la comedia el sufrimiento conduce al autoconocimiento, al arrepentimiento, al perdón y al amor, y en la tragedia conduce, por el contrario, al desconocimiento de sí, al desafío y al odio...

"Los amantes son comunes en los cuentos de hadas, pero el amor aparece más bien como un principio que estructura una pauta, y no como la pasión sexual que experimentamos en el mundo histórico […] Es posible imaginar la seria pasión de Romeo y Julieta con un final feliz en vez de trágico, pero es imposible imaginar ninguno de esos dos finales en el bosque de Oberón o en el bosque de Arden..."

lunes, noviembre 18, 2013

Guido Gómez de Silva (1925-2013)

Del Diccionario breve de mexicanismos, del Académico Guido Gómez de Silva, fallecido este domingo:

chingar. (Del español chingar 'importunar, molestar'.) tr. Hacer daño, ocasionar perjuicio, dañar, romper, descomponer. Es voz malsonante. || chinga a tu madre. expr. que es una injuria muy grave. || chingarse. loc. Resultar mal, haber fracasado. || chingárselo. loc. Hacerle daño, herirlo.
chingo. m. Cantidad numerosa.
chingón, chingona. m. y f. Excelente en alguna actividad o rama del saber.
muerte: muerte siriquisiaca. f. La muerte. || muerte tilica. (De tilico 'enclenque, débil'.) f. El esqueleto (con que se representa a la Muerte), desprovisto de carne. También se dice "la muerte tilica y flaca".
muertero, muertera. m. y f. Encargado del manejo de cadáveres.
muertito: nadar de muertito. loc. Nadar en posición supina, tendido sobre la espalda (como flota en el agua un muerto).
muerto: al muerto y al consorte, a los tres días no hay quien los soporte. ref. Frecuentemente hay agresividad de uno de los cónyuges. || caerse muerto. loc. Pagar. Compárese cadáver . || cargar alguien con el muerto, o colgarle a alguien el muerto. loc. Hacer a alguien responsable de falta que no ha cometido, atribuirle la culpa que corresponde a otro. || el muerto y el arrimado, a los tres días apestan. ref. La presencia de alguien en casa ajena pronto es incómoda (come mucho y no trabaja; además, estorba) [DRAE: el huésped y el pece a los tres días hiede].
obra: ninguno diga quién es, que sus obras lo dirán. ref. Se conoce a una persona por sus actos, por su trabajo.



domingo, noviembre 17, 2013

Doris Lessing (1919-2013)

Apenas ayer compré Instrucciones para un descenso al infierno, de Doris Lessing. Ver esa novela a sólo 69 pesos (en la Comercial Mexicana, no me pagan comisión pero deberían) fue iresistible y fue mi buena compra de un metafórico y paradójico buen fin. Hoy me entero de su muerte, a los 92 años. Voy en la página 100 apenas pero les comparto algo de mis subrayados:

Doctor Y. ¿Cómo se llama? ¿Me lo dirá?
Paciente. Jonás.
Doctor Y. Ayer se llamaba Jasón. Comprenda que no puede ser ambos al mismo tiempo.
Paciente. Todos somos marineros.

* * * * *

"Un hombre o una mujer que pasean por la calle no delatan lo que piensan; sin embargo, sus pensamientos juguetean en torno a ellos y recorren sutilmente su sustancia. Una persona corriente no es capaz de apreciar el movimiento de estos pensamientos..."

* * * * *

"Un ser que observa su imagen, un mono o un leopardo que se agachan para beber en una charca, ven su cara y su cuerpo, ven un baile de materia en el tiempo. Pero lo que se ve en este baile está dotado de memoria y esperanza, y la memoria no se halla en el mismo plano temporal; por eso cada uno de nosotros, ya sea caminando, sentado o durmiendo, participa de dos escalas temporales como la yema y el huevo, que comparten una misma envoltura, y cuando una criatura que empieza a tomar conciencia de su alma, o un adulto que nunca ha concebido más que pensamientos animales, o un adolescente enamorado, o un viejo moribundo, o incluso un filósofo o un astrólogo, cuando uno de estos, o tú o oyo nos preguntamos, con todo el peso de nuestra vida: ¿quién soy? ¿Qué es el tiempo? ¿Qué pruebas hay de la existencia de un tiempo que no es mortal como una hoja en el otoño? Y la respuesta es: aquello que formula estas preguntas reside fuera del cuerpo mundano..."


Lluvia de noviembre - Pistolas y Rosas

sábado, noviembre 16, 2013

La palabra escrita - Italo Calvino

"La palabra escrita es también viviente (basta pincharla con un alfiler para verla sangrar), pero goza de autonomía y corporeidad, puede llegar a ser tridimensional, policroma, levantarse colgando de globitos desde la página, o bajar a ella con paracaídas. Hay palabras que para tenerlas sujetas a la página hay que coserlas, haciendo pasar el hilo a través de los ojales de las letras anilladas. Y si se mira la escritura con lupa, el sutil hilo de tinta resulta recorrido por una espesa corriente de significado: como una autopista, como una multitud hormigueante, como un río bullente de peces. Al final (es la última lámina del Codex) el destino de toda escritura es deshacerse en polvo y también de la mano que escribe sólo queda el esqueleto. Líneas y palabras se despegan de la página, se desmenuzan, y de los montoncitos de polvo asoman los pequeños seres color arco iris y se ponen a saltar. El principio vital de todas las metamorfosis y de todos los alfabetos reanuda su ciclo..."

(Colección de arena, Siruela)

viernes, noviembre 15, 2013

Relato de madrugada - Joan Margarit

En la plaza vacía está lloviendo.
Hay un único taxi en la parada.
Es tan larga la espera del taxista.
Apagado el motor,
dentro del coche hace mucho frío.
Se abre una puerta y sube un pasajero
de malhumor, cansado, con la ropa mojada.
Le da una dirección.
Al saltarse un semáforo, le abronca.
El taxista se vuelve murmurando:
Mi hijo ha muerto hace una semana.
El pasajero calla y se hunde en el asiento.
Avanzada la noche, sube al taxi
un grupo en plena juerga, y él les dice:
Mi hijo ha muerto hace una semana.
Todos nos hemos de morir, contestan,
entre las bromas y las carcajadas.
Acabado el trabajo, en el garaje,
se acerca a la cabina de la radio:
Mi hijo ha muerto hace una semana.
La mujer, con los ojos
enrojecidos de cansancio,
le contesta que sí mientras atiende
a las voces mezcladas con el ruido
que van surgiendo desde la emisora.
Esto es, en realidad, un relato de Chéjov.
En él cae la nieve, no la lluvia,
y el coche es un carruaje con un viejo caballo.
Sé que el taxista no podrá dormir.
¿Y la muerte? ¿Está dentro del puño
que levanta la vida, o es el puño
en el que estamos encerrados?
En la historia de Chéjov, al cochero
le queda su caballo para poder contarle
que su hijo está muerto. De repente,
siento que todo está dentro de mí,
que el miedo ya está helándose,
y enciendo un fuego, y todos sentimos su calor,
el taxista, el cochero, tú que me estás leyendo,
yo, mis muertos y Chéjov, todos juntos
viendo caer la vida en soledad, como la nieve.
Un tren nocturno cruza, barnizado de rosa,
campos de olivos al alba.
Aquí acabo, cansado, somnoliento
y misteriosamente feliz, este poema.

miércoles, noviembre 13, 2013

¡Literaturas, en plural! - Milan Kundera

"Goethe fue quien formuló por primera vez lo que acabo de decir: 'La literatura nacional ya no representa mucho hoy en día, entramos en la era de la literatura mundial (die Weltliteratur) y nos compete a cada uno de nosotros acelerar esta evolución'. Éste es, por decirlo así, el testamento de Goethe. Un testamento traicionado más. Porque abrid cualquier manual, cualquier antología: la literatura universal es presentada como yuxtaposición de las literaturas nacionales. ¡Como una historia de las literaturas! ¡Literaturas, en plural!

"¿Quiero decir con eso que, para juzgar una novela, podemos prescindir del conocimiento de su lengua original? Pues sí, ¡es exactamente lo que quiero decir! Gide no sabía ruso, G.B. Shaw no sabía noruego, Sartre no leyó a Dos Passos en su lengua original. Si los libros de Witlod Gombrowicz y de Danilo Kis hubieran dependido únicamente del juicio de los que saben polaco o serbio, nunca se habría descubierto su radical novedad estética..."

(El telón, ensayo en siete partes)

lunes, noviembre 11, 2013

Problemas de Geografía personal - Luis García Montero

Nunca sé despedirme de ti, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación.

Nunca se despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte.

Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar.

Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.

- - - - - - -
Me informan que García Montero, junto con Joan Margarit, Eduardo Espina, Diego José, Jorge Humberto Chávez  y otros autores, estará en San Luis Potosí como parte del programa del Encuentro de Poetas del Mundo Latino. El martes estará en la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de la UASLP, a mediodía. Ahí nos vemos.

sábado, noviembre 09, 2013

Página 42: Lolita (Vladimir Nabokov)

«Quilty, Clare. Dramaturgo norteamericano. Nació en Ocean City, Nueva Jersey. 1911. Estudió en la Universidad de Columbia. Empezó a trabajar en el comercio, pero la abandonó por el arte dramático. Es autor de La pequeña ninfa, La dama que amaba los relámpagos (en colaboración con Vivian Darkbloom), Malos tiempos, El extraño hongo, Amor paternal y otras piezas. Son notables sus abundantes producciones para niños. La pequeña ninfa (1940) recorrió veintidós mil kilómetros y se representó doscientas ochenta veces en provincias antes de ser estrenada en Nueva York. Aficiones: coches de carreras, fotografía, animales domésticos.»

«Quine, Dolores. Nació en Dayton, Ohio, en 1882. Estudió arte escénico en la American Academy. Debutó en Ottawa, en 1900. En 1904 debutó en Nueva York con No hables nunca con desconocidos. Desde entonces desapareció en... (sigue una lista de más de treinta obras).»

¡Cómo me retuerce, con dolor desesperado, la lectura del nombre de mi amada, aunque vaya unido al apellido de aquella actriz, que era una vieja bruja! Quién sabe si ella también hubiera podido ser actriz. Nació en 1935. Apareció (advierto el desliz de mi pluma en el párrafo precedente, pero no lo corrijas, por favor, Clarence) en El dramaturgo asesinado. ¡Quine, tan llena de inquina! ¡Condenado por haber a Quilty asesinado! ¡Oh, Lolita mía, lo único con lo que puedo jugar ahora son las palabras!

miércoles, noviembre 06, 2013

Guillermina Bravo (1920-2013)


“La especialización con la que nosotros construimos los cuerpos de los estudiantes es muy importante para el país, porque los bailarines que salen de aquí, que llegan a licenciarse, son bailarines que pueden bailar 30 años sin estar deteriorados, no como los formados en meses o dos añitos que en poco tiempo ya no pueden seguir bailando".

"Cuando llegan aquí estudiantes que ya han tomado clases en otros lados no tienen ni su centro, ¿qué aprendieron?, ¿por qué aplauden eso?, ¿por qué se van allá? Sí, ya sé que aquí son siete años de estudio, sí, pero, ¿un médico cuántos años hace? Los mismos. Un matemático, un astrónomo, también. Por qué un bailarín no. Un pianista hace 11 años en el conservatorio. Ser artista es tan importante como ser un buen médico. Eso es lo que tiene que entender la política cultural de México. Cualquier persona que dirija el Consejo (Nacional para la Cultura y las Artes) o Bellas Artes tiene que entender eso".

domingo, noviembre 03, 2013

A propósito de una ciudad hecha de palabras

Con palabras se hizo un pueblo de indios, en un territorio donde hubo pueblos seminómadas, que todo lo tenían y guerreaban con el alma. Con palabras se le cambió hacia el norte y se trazaron calles. Con palabras fue capital del país y se han hecho aportes al liberalismo y a la democracia —difícil de creer hoy en día, pero sí, así ha sido— aunque la actualidad sea tan patética políticamente hablando. La letra con sangre entra, sí, y también hay palabras rojas, de colores nada usuales. Gritos de todo tipo, por algo las onomatopeyas nos marcan la espalda al escribir. Hecha de palabras, esta ciudad se reconstruye a pesar de las tormentas, a pesar de que muchas veces no sabe elegir a sus representantes, a pesar de que nadie cuenta su crónica real.

Y es que de Fundadores (que dieron nombre a una plaza) se ha pasado a precursores, pero también a espectadores. Esta ciudad se desgaja y se desaparecen sus cerros cada vez más habitados. se vuelve laberinto de ríos, muestra sus ramales de venas salidas de madre, se mueren y se matan quienes nada debían, nadie quiere hablar y menos debatir, pero esperemos que salga el sol. De nuevo. Hay señales, por lo menos, de que todo puede cambiar.

Una de estas señales es que la ciudad —el municipio en que está enclavada, en una olvidada frontera interior, entre la selva y el desierto— ha sido durante buena parte de 2013 la más fría del país. Antes se diferenciaban bien sus estaciones, y las temporadas de lluvia y frío sabían que meses del año aposentarse en sus calles. El clima seco-cálido que campeaba ha sido sustituido por cambios bruscos que obligan a sus habitantes a salir siempre con chamarra, sombrilla y protector contra el sol.

La reciente aparición de extrañas especies, vegetales y animales en el centro histórico de esta ciudad hecha de palabras ha llevado a especialistas en todas las ramas de la ciencia a replantearse fragmentos de la historia que no habían sido tomados en cuenta.

Primero fue una alegre mata de sandía la que brotó en las obras de remodelación de la alameda Juan Sarabia, lugar típico de aves (por sus patos y por su entorno ideal para garciar). Los pocos afortunados que la probaron dijeron que era dulce y muy jugosa. Luego fue una planta de maíz, que también cerca del museo del tren opuso alegre resistencia a ser arrancada. En los puentes que cruzan la diagonal sur (oficialmente, avenida Salvador Nava) y en el periférico surgieron pequeños arbolitos, gracias a las lluvias.

Hay quien vio el pasado mes de junio a un armadillo cruzar hecho la cochinilla plaza de armas, y varios testigos de probada credibilidad reportan que un venado ha sido visto al alba, tras noches de luna plena, en la Plaza de los Fundadores, la primera, donde se creó esta ciudad de escudo azul y oro, con un cerro relleno de metales preciosos hoy desaparecido.

Acostumbrados a ver a la dama de negro y a la Maltos, a la Llorona en el río Santiago y a la Planchada en el Hospital Central, hace tiempo que sus habitantes no reportaban más apariciones en el centro histórico. Sus miles de fantasmas, que han creado una energía muy especial en esa zona de la ciudad (como aseguró un conocido santero y escritor cubano), parecían haberse quedado mudos. Ciudad de palabras pero también de silencios, incluso sepulcrales.

Desde principios de 2013 quienes deambulan por el centro histórico, sobre todo los que salen por ahí de la medianoche de los antros y cafés cercanos al jardín Guerrero (más conocido como de San Francisco), de Independencia, Carranza, Bolívar o Allende, juran que han oído hablar a la estatua de bronce que se erigió en honor a Juan del Jarro, y ya no sólo a los enamorados, como contaba la leyenda. En medio del jardín, al inicio de la calle de Universidad, Juan suele permanecer callado durante el día, atendiendo a los curiosos que llegan a tomarle fotos. Soportó con estoicismo el baño de pintura que alguna vez le hicieron, y no dice nada cuando se recargan en él. A medianoche, cuentan, suele adquirir la locuacidad que lo hiciera famoso durante el siglo 19.

Juan del Jarro, por nombre cristiano Juan de Dios, nació cerca de algún lugar desconocido, casi en alguna parte, de la ciudad de las camelias, al norte de esta ciudad hecha de palabras. Como ésta todos se conocen, o al menos conocen a algún conocido de un familiar, o al amigo de un amigo —y más en los tiempos en que vivió Juan—todos lo recuerdan como un pordiosero que gozaba del don de la adivinación y repartía entre los necesitados lo poco que le donaban, de mirada curiosa, siempre con su sombrero de copa (raído y con engranes, de los que se desconoce el mecanismo), un reloj de faltriquera que solía consultar nerviosamente, un pantalón sujetado con un mecate a su generosa panza y un misterioso jarro en el que guardaba una sustancia desconocida. Sobra decir que el jarro desapareció a la muerte de Juan, y que muchos aventureros y órdenes religiosas aún lo buscan por su valor histórico y ritual.

Hay quien le reza todavía: desfacía entuertos, iba de uno a otro de los siete barrios en muy poco tiempo (se cuenta que usaba los túneles que se construyeron durante la Colonia), vaticinaba muertes y adivinaba engaños amorosos, como constatan los testimonios (actualmente en el Archivo Histórico del Estado) de los parientes de un párroco de Nuestra Señora de Tlaxcalilla y de una señora de una acaudalada familia, a quienes dijo como con descuido su próxima muerte y que el hijo que iba a tener no era de su marido. Respectivamente, but of course. Cuando murió fue sepultado en el panteón del barrio del Montecillo, donde quienes lo acompañaron (de todas las clases sociales) atestiguaron cómo hasta los escarabajos le hicieron guardia. Tras muchas vicisitudes sus restos fueron a dar al panteón del Saucito.

Cuentan ciertos historiadores que de joven Juan del Jarro vivió en Oxford, Inglaterra, donde ejerció de sombrerero, y como todos los que se dedicaban a ese oficio era meticuloso pero también aspiraba vapores de mercurio al limpiar el fieltro de los sombreros. De ahí su mirada, su uso ocasional de un monóculo, el prurito por ver la hora en su viejo reloj de leontina y el hábito de disfrutar a las cinco de la tarde de un buen té, cuando podía. El tiempo es un castigo, solía decir, y sonreía. De su amistad en ese tiempo con un amable reverendo, aficionado a las matemáticas y a la fotografía, tomó el gusto por relatar historias nuevas y viejas, llenas de fantasía, a los niños de esta ciudad de cantera y de palabras.

Hoy se le oye decir, es decir, a su estatua, como alguna vez profetizó en vida (y se creyó que se refería a la gran inundación de 1933, cuando se reventó la represa): "Esta ciudad desaparecerá inundada... podría no ser de agua, pero de ustedes depende".

Doy fe: Alexandro Roque