miércoles, septiembre 11, 2013

Barthes: "Los jóvenes investigadores [en literatura] [en ciencias sociales]" (fragmentos)

A propósito de los 60 años de la publicación de El grado cero de la escritura, de Roland Barthes, en Revista Eñe alguno de los semiotistas (o semióticos) entrevistados cita "Los jóvenes investigadores". Aquí algunos fragmentos que bien harían en leer (releer, en su caso) algunos jóvenes y no tan jóvenes investigadores:

"El trabajo (de investigación) debe estar inserto en el deseo. Si esta inserción no se cumple, el trabajo es moroso, funcional, alienado, movido tan sólo por la pura necesidad de aprobar un examen, de obtener un diploma, de asegurarse una promoción en la carrera. Para que el deseo se insinúe en mi trabajo, ese trabajo me lo tiene que exigir, no una colectividad que piensa asegurarse de mi labor (de mi esfuerzo) y contabilizar la rentabilidad de las prestaciones que me consiente, sino una asamblea viviente de lectores en la que se deja oír el deseo del Otro (y no el control de la Ley). Ahora bien, en nuestra sociedad, en nuestras instituciones, lo que se le exige al estudiante, al joven investigador, al trabajador intelectual, nunca es su deseo: no se le pide que escriba, se le pide que hable (a lo largo de innumerables exposiciones) o que “rinda cuentas” (en vistas a unos controles regulares).

"El investigador consistiría esencialmente en un prospector de materiales, y a ese nivel se planterían los problemas; al llegar al momento de comunicar los resultados, todo estaría resuelto; darle forma no sería sino una vaga operación final, llevada a cabo con rapidez gracias a algunas técnicas de expresión aprendidas en el colegio […] Y cuando el objeto de investigación es el Texto […] el investigador está reducido a un dilema, muy de temer: o bien hablar del Texto de acuerdo con el código convencional del escribir, es decir, seguir siendo prisionero del imaginario, del sabio, que pretende ser o, lo que es peor, cree ser exterior respecto al objeto de su estudio y tiene la pretensión de, con toda inocencia y con toda seguridad, estar poniendo su propio lenguaje en situación de extraterritorialidad".

“Es necesario que la investigación deje de ser ese parsimonioso trabajo que se desarrolla ya sea en la ‘conciencia’ del investigador (forma dolorosa, autista, del monólogo), ya sea en ese miserable vaivén que convierte al ‘director’ de una investigación en su único lector. Es necesario que la investigación alcance la circulación anónima del lenguaje, la dispersión del Texto”.

El susurro del lenguaje
(y para ahondar en el tema recomiendo "Algunos espacios de discusión, en relación con la cambiante escritura de las ciencias sociales",  de Oscar Steimberg)

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