viernes, noviembre 30, 2012

Uno solo el pasaporte - Roberto Bolaño

En realidad muchas pueden ser las patrias de un escritor, a veces la identidad de esta patria depende en grado sumo de aquello que en ese momento está escribiendo. Muchas pueden ser las patrias, se me ocurre ahora, pero uno solo el pasaporte, y ese pasaporte evidentemente es el de la calidad de la escritura. Que no significa escribir bien, porque eso lo puede hacer cualquiera, sino escribir maravillosamente bien, y ni siquiera eso, pues escribir maravillosamente bien también lo puede hacer cualquiera. ¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso. Correr por el borde del precipicio: a un lado el abismo sin fondo y al otro lado las caras que uno quiere, las sonrientes caras que uno quiere, y los libros, y los amigos, y la comida. Y aceptar esa evidencia aunque a veces nos pese más que la losa que cubre los restos de todos los escritores muertos. La literatura, como diría una folclórica andaluza, es un peligro.

Fragmento del discurso de Roberto Bolaño al recibir el premio Rómulo Gallegos, publicado en Letras Libres.

jueves, noviembre 29, 2012

En un café - Carlos Edmundo de Ory

He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste más triste que un tintero
Triste no soy o si lo soy no sé
la maldita razón porque no quiero

He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste en las calles de mi raza
He vuelto a estar más triste que un quinqué
más triste que una taza

Estoy sentado ahora en un café
y mi alma late late
de sed de no sé qué
tal vez de chocolate

No quiero esta tristeza medular
que nos da un golpe traidor en una tarde
Pide cerveza y basta de pensar
El cerebro está oscuro cuando arde.

miércoles, noviembre 28, 2012

Rayuela, capítulo 68 - Julio Cortázar

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

sábado, noviembre 24, 2012

Una paladina declaración de principios - José Manuel Caballero Bonald

"El purismo léxico remite por lo común al estancamiento de las ideas. Digamos que un purista es un racista en versión lexicológica. Aquel tan aireado manifiesto de Neruda, abogando por una poesía 'impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilias, profecías, declaraciones de amor y de odio...', esa afirmación –digo- era algo más que una mera ocurrencia retórica, era toda una paladina declaración de principios.

J.M. Caballero Bonald

viernes, noviembre 23, 2012

"Basta. Es suficiente"

“Decidí que estaba terminado con la ficción. Ya no la quiero leer, no la quiero escribir y ni siquiera quiero hablar de ella. He dedicado mi vida a la novela: la he estudiado, la he enseñado, la he escrito y la he leído. Basta. Es suficiente. Ya no siento la dedicación a la escritura que he sentido en toda mi vida. La idea de luchar con la escritura una vez más me resulta intolerable”

domingo, noviembre 18, 2012

Un aviador irlandés prevé su muerte - W.B. Yeats

Sé que en algún lugar entre las nubes
he de hallar mi destino;
no odio a quienes son mis enemigos,
no amo a quienes debo defender;
mi país es Kiltartan Cross,
mis paisanos los pobres de Kiltartan,
ningún posible fin ha de quitarles nada
o hacerles más felices de lo que eran.
Ni leyes ni deberes me ordenaron luchar,
ni estadistas ni masas entusiastas,
un solitario impulso de deleite
me empujó a este tumulto entre las nubes;
todo lo sopesé, de todo hice memoria,
los años por venir me parecieron
vano aliento,
vano aliento los años transcurridos
en igualdad con esta vida y esta muerte.

Versión de Jordi Doce

jueves, noviembre 15, 2012

Sentí un funeral en mi cerebro - Emily Dickinson

Sentí un funeral en mi cerebro,
los deudos iban y venían
arrastrándose —arrastrándose hasta que pareció
que el sentido se quebraba totalmente.

Y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor
comenzó a batir —a batir— hasta que pensé
que mi mente se volvía muda.

Y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos botines de plomo, de nuevo,
el espacio comenzó a repicar,

como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna extraña raza
naufragada, solitaria, aquí

y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo —entonces.

sábado, noviembre 10, 2012

¿Y los cisnes negros, amá?

Si nos pasamos toda la vida en el hemisferio norte pensaremos que todos los cisnes son blancos, sin embargo en Australia existen cisnes negros (cygnus atratus) [1]. Y es que un cisne negro nos parece algo imposible debido a nuestra reducida experiencia: un suceso altamente improbable
"Nunca llegaremos a conocer lo desconocido ya que, por definición, es desconocido. Sin embargo, siempre podemos imaginar cómo podría afectarnos", dice Nassib Nicholas Taleb al explicar lo que viene a ser un cisne negro: hace mucho en Europa creían que todos los cisnes eran blancos. Cuando algunos explorados regresaron de Australia llevaron cisnes negros, el sobresalto fue grande.

Los neurológos saben que nuestro cerebro está programado para tener el control de todo lo que sucede. Sin embargo, lo cierto es que nuestro cerebro está literalmente a oscuras, escondido bajo la cavidad craneal, y el único contacto que tiene del exterior es a través de órganos imperfectos, bien sea la vista, el tacto, el sentido olfativo o el gusto. Y puesto que nuestro cerebro está programado para controlarlo todo y debido a lo imperfecto de las percepciones que llegan a él, elucubra lo que puede, creando modelos abstractos de la realidad, que a veces no tienen porqué coincidir con la realidad misma. En pocas palabras, la explicación podría ser que no estamos preparados fisiológicamente para los hechos imprevisibles. Y sin embargo, los hechos imprevisibles existen. (más) (y más)

miércoles, noviembre 07, 2012

Tercera carta conyugal - Antonin Artaud

«Desde hace cinco días he dejado de vivir a causa de ti, a causa de tus estúpidas cartas, por tus cartas no de espíritu sino de sexo, por tus cartas llenas de reacciones de sexo y no de razonamientos conscientes. Estoy harto de nervios, harto de razones; en lugar de protegerme, tú me agobias, me agobias por que lo que dices es errado.

»Siempre has errado. Siempre me has juzgado con la sensibilidad más baja que hay en la mujer. Te empeñas en no admitir ninguna de mis razones. Pero a mí ya no me quedan razones, ya no tengo nada de qué disculparme, ya no tengo nada que discutir contigo. Conozco mi vida y eso me alcanza. Y en el instante en que comienzo a meterme en mi vida, más y más me socavas, causas mi desesperación; cuantos más motivos te doy para esperar, para que seas paciente, para tolerarme, más encarnizadamente te empeñas en destrozarme, en hacerme perder los beneficios
logrados, más intolerante eres con mis males.

»Del espíritu lo desconoces todo, nada sabes de la enfermedad. Todo lo juzgas llevada por las apariencias externas. Pero yo conozco mi interior, ¿verdad?, Y cuando te grito no hay nada en mí, nada en mi persona, que no sea causado por la existencia de un mal anterior a mí mismo, previo a mi voluntad, nada en ninguna de mis más inmundas reacciones que no provenga exclusivamente de mi enfermedad y no le fuera imputable, sea cual sea el caso, vuelves a esgrimir tus razones equivocadas que se fijan en los detalles nimios de mi persona, que me condenan por lo más mezquino.

»Pero cualquier cosa que yo haya podido hacer de mi vida, ¿no es verdad? No me ha impedido retornar paulatinamente a mi ser e instalarme un poco más cada día. En ese ser que la enfermedad me había arrebatado y que los reflujos de la vida me reintegran pedazo a pedazo. Si no supieras a qué me había entregado para limitar o extirpar los dolores de esa separación intolerable, tolerarías mis desequilibrios, mis estruendos, ese desmoronamiento de mi persona física, esas ausencias, esos achatamientos.

»Y en virtud de que supones que se deben al uso de una sustancia, que de sólo nombrarla oscurece tu razón, me acosas, me amenazas, me arrastras a la locura, me destrozas con tus manos ira la materia misma de mi cerebro. Sí, me obligas a obstinarme más conmigo mismo, cada una de tus cartas parte a mi espíritu en dos, me tira a insensatos callejones sin salida, me destruye con desesperaciones, con furores. No puedo más, te he gritado suficiente. Deja de razonar con tu sexo, asimila de una vez la vida, toda la vida, ábrete a la vida, mira las cosas, mírame, renuncia, y deja al menos que la vida me abandone, se expanda ante mí, en mí. No me agobies. Basta.

»La Cuadrícula es un momento espantoso para la sensibilidad, la materia.»

Extrait de "L'ombilic des Limbes, Le pèse nerfs" 1926
Versión de L.S.

viernes, noviembre 02, 2012

El octavo barrio

A quien corresponda:

El Saucito debe ser reconocido como lo que ha sido desde siempre, como el octavo barrio. 

Su comida, su templo y su panteón hacen que el rumbo sea único, y de menos se merece el nombramiento oficial de barrio para que se sume (en promoción y en cuidado) a los siete tradicionales de la ciudad de San Luis Potosi. 

Por su tanta vida y su tanta muerte, por su historia y sus significados.
Por sus fiestas, tradiciones, exvotos y cohetería.

(Siguen firmas de ciudadanos y fantasmas)

jueves, noviembre 01, 2012

La pequeña Roque - Guy de Maupassant

—¿Qué ocurre, Mederic?
—He encontrado en su oquedal una niña muerta.
Renardet se levantó con la cara como un ladrillo rojo.
—¿Qué dice usted?... ¿Una niña?
—¡Sí, señor; una niña, completamente desnuda, de espaldas en el suelo, con sangre, muerta, muerta sin duda alguna!
El alcalde dejó escapar un juramento.
—¡Dios de Dios! ¡Apostaría a que es la pequeña Roque! Acaban de avisarme que falta desde anoche de su casa. ¿En qué sitio la encontró?

La historia completa de esta pequeña tocaya en Ciudad Seva.