sábado, julio 16, 2011

Profesionales y públicos de la danza según Raquel Tibol

"Lo último más grande que se ha aportado a la danza es el legado de Pina Bausch, después de ella, no ha habido otra aportación", dijo, siempre polémica, la crítica de arte Raquel Tibol, durante su conferencia "Del verbo nació la danza II", en el Museo Nacional de Arte, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

En México, aseguró, hay muchos grupos, "qué bueno que así sea, pero tienen el peso negativo de que si hacen realitys show, los siguen programando de duetos de las danzas de hace 200 años".

"Pero también aferrarse a la danza de antaño es culpa del público. El público es un peso muerto porque impide que se expresen los grupos que han trabajado cuestiones muy interesantes dentro de sus limitaciones de presupuesto". 

Palabras para el debate, como aquellas que cruzó con Carlos Monsiváis durante una edición del Foro Internacional de Críticos de Danza que se realizaba en el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López en San Luis Potosí hace algunos ayeres. Estuvieron buenos los catorrazos.

Notimex y La Jornada se hacen eco de algunas de sus declaraciones de la Tibol en la conferencia que dio como parte de las actividades alternas a la exhibición "Imagen, ritmo y movimiento. Escenarios plásticos de música y danza" y de ahí retomamos algo de lo que sigue. 

Al hablar de que Pina Bausch comprendió que los bailarines profesionales no pueden competir con quienes bailan breakdance, "de una dificultad brutal", en la calle, señaló que "es casi imposible que un bailarín de escenario logre ese estilo, pero quienes lo han realizado, lo aprendieron primero en la calle". 

En un comunicado, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, explicó que la especialista abordó el tema de la danza contemporánea, detallando que lo que se está haciendo hoy en Rusia es de excelencia técnica, porque preparan muy bien los cuerpos de los bailarines, "pero hay cursilería".

También señaló que "México se ha formado en gran parte con la técnica rusa, a través de la cubana Alicia Alonso, quien vino a formar a los bailarines mexicanos, (y) "los forman muy bien", pero, "hoy por hoy no se puede decir que hay buenas compañías en México."

Apuntó que en la compañía de Guillermina Bravo estuvieron algunas buenas bailarinas. "Ella solía ir a buscar a los integrantes de sus grupos a prostíbulos y entre los remeros de Acapulco y algunos de los grandes salieron de esas conquistas […] Es el caso de Victoria Camero, que cuando bailó un solo que le puso Guillermina en Holanda, un teatro de pie la aplaudió durante 10 minutos, esa fue la única situación vista en México, aunque también la maestra tuvo otros buenos bailarines".  

En La Jornada destacan: 

"Al referirse a la reciente gala en Bellas Artes sobre el coreógrafo ruso Balanchine, a cargo de la Compañía Nacional de Danza, comentó: Siempre bailan lo mismo, aunque le ponen distinto título. No bailan la cabeza con los pies ni la cadera con las manos.
"Sin embargo, sin poder recordar al director específico de Danza de Bellas Artes, Tibol mencionó como una de las mejores compañías a la de esa gestión, debido a que hizo danza-teatro.
"Dijo que entre los bailarines que más se han esforzado por hacer una danza nueva figura Tania Pérez-Salas, pero no está totalmente formado su cuerpo para la gran danza, que es de una dificultad brutal. Y recordó de nuevo reflexiones de Reyes en las que el humanista hablaba de un diálogo que debe haber entre las diferentes partes del cuerpo humano.

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