aunque las escribía correctamente
mis oraciones
solían carecer de sentido
me has hecho reverdecer
con tu fe
(ese milagro no te hace santa
al contrario)
seguiré como tu apóstol
el incrédulo
mereces un altar
para estar todo el día
ora y ora y ora
¿y ora?
pues dejo mis cosas
y te sigo
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