viernes, septiembre 17, 2010

las otras armas

Fragmento de "Insurgentes y seductoras: las mujeres durante la guerra de Independencia", de Denise Avalos Calderón, en 12 ensayos sobre política y sociedad potosina durante la Independencia y la Revolución (Flor de Maria Salazar Mendoza, coordinadora; UASLP/AHESLP, 2009).

Resulta muy interesante observar que al ser la mujer considerada transmisora de ideas y valores, los insurgentes se valieron de ellas para invitar a otros a la lucha por la liberación del "yugo español". La idea era simple: las mujeres tenían como arma su belleza y ésta fue utilizada en beneficio de la Independencia. Hasta los más fieles realistas, por más valerosos y fervientes seguidores de la Corona que fueran, cayeron rendidos a los pies de la hermosura femenina [...]
Además, incurrieron en otras acciones "peligrosas", como las llevadas a cabo por Tomasa Estévez [nacida en Villa de Reyes, SLP], quien se infiltró dentro de las filas realistas para seducir a sus soldados y convencerlos de pasarse al bando insurgente; esta hazaña le costó la vida, pues Agustín de iturbide la mandó fusilar. [...] claro está, que si se seguía la idea de que el clima de nuestro continente contribuyó en gran medida a la formación de la belleza de la mujer americana, lo menos que podía hacer ésta era retribuirle el favor a esta tierra ayudando en la liberación del dominio español.
La seducción se convirtió en la acusación más frecuente en contra de las mujeres de parte de los realistas. Conviene aclarar que no siempre se trató de actos carnales, sino que en la gran mayoría de los casos la seducción consistió en convencer a los hombres de adherirse a la causa insurgente. Tanto afectó la seducción al ejército realista que el mismo Félix María Calleja reconoció la importancia de esta actividad femenina. [...]

2 comentarios:

  1. Un texto interesante, yo, como mujer, no sé si sentirme halagada u ofendida. Creo que halagada, al fin y al cabo, cada cual usas las armas que le concedió la naturaleza.
    Un abrazo.

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  2. Hola, Mercedes. Un gusto tenerte de vuelta por acá. Pues el artículo lo escribió una mujer, y es cierto que es un arma, la mejor y más bella de todas.

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