lunes, enero 11, 2010

Avatar


James Cameron sabe cómo hacerlo, y su película Avatar ya está en el segundo lugar de las más taquilleras, después de Titanic, también de Cameron. Sí, ha circulado mucho el supuesto guión, donde de Pocahontas, de Disney, con algunas bonitas tachaduras sale esta aventura en el planeta Pandora. Los colores y la factura de las escenas son alucinantes, cosa de un viaje de hongos, diría un amigo. Dicen que verla en tercera dimensión es otro boleto...

Me gustó, lo reconozco, lo reconocí con miedo cuando salí del cine, porque acepté que, como apuntan la mayoría de las críticas, es una historia predecible y tal vez hasta trillada (varias veces me imaginé estar viendo Matrix, por aquello de la conexión con el mundo o la onda mesiánica, o La Playa), que la trama es débil y temí ser demasiado complaciente. Y como La playa, de Danny Boyle, Avatar plantea un mensaje de cuidado al medio ambiente, de defensa de la naturaleza, que ojalá no se pierda en la mente de todos los que la han visto como película de aventuras.

Sigourney Weaver sublimada, una protagonista hermosa, un villano de antología (Stephen Lang, ya mencionado como oscareable junto con Christoph Waltz, de Bastardos sin gloria), el elegido, paisajes bellísimos, colores, casi olores, criaturas maravillosas, drama (melodrama para algunos). Un espectáculo, como debe ser el cine. Me convencí cuando leí a Vicente Luis Mora:

Cameron quizá no sea un gran cineasta, pero es un gran arquitecto. Domina como nadie los materiales de construcción. Sabe pulir cada piedra visual hasta colocarla en su espacio exacto. Inventa materiales nuevos, y técnicas nuevas para ensamblarlos con las imágenes convencionales. Y la arquitectura es un arte.

Hace unos días vi una imagen del Dr House como na´vi, es decir, su foto tratada en algún programa como si fuera oriundo de Pandora. Me pregunté si ya habría una página que lo transformara a uno en una de esas criaturas altas y delgadas y azules, como hubo de Los Simpson, y lo encontré. Como siempre, Cameron sabe lo que hace, la industria también. Si el cuidado del medio ambiente deja, si el mensaje "transgresor" es bueno, las grandes empresas lo adoptan (como la imagen del Che, digamos) y se conectan al planeta como los personajes de Avatar, aunque ellas, mejor dicho, lo chupan. Reir o llorar, ustedes dirán: el programita que hizo la foto que acompaña a este texto está en McDonalds de Alemania.

Bonito cuento el de Cameron, pero seguramente en otra realidad el planeta Pandora se habría llenado de cajitas felices.

3 comentarios:

  1. Es cierto, Avatar es de una gran belleza plástica, pero el argmento y la trama no la sostienen. Si Camero quería lucirse con una obra espectacular, debaría haber prestado más atención al guión, que es tan débil que se deshace a medida que pasan los minutos. Finalmente te olvidas del argumento y decides disfrutar de la luz y la fotografía. Yo, en particular, cada vez que intentaba meterme en la historia se me venían abajo las bellísimas imágenes.
    De todas formas mereció la pena, mi vista disfrutó en el cine después de mucho tiempo.
    Un abrazo.

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  2. De qué están hechos sino los guiones de ciencia ficción? de argumentos que quizá, salvo contadas ocasiones, no se sostienen científicamente. Creo que hasta los bosques y selvas colgantes que nos muestran son alucinantes. Coincido en que la plástica superó al argumento. Aunque fue un gran viaje verde y colorido no pude evitar mostrar una angustia enorme al ver la deforestación que se mostraba. Al final será eso, los seres humanos terminaremos por deforestar nuestro mundo y de ahí, seguiremos con el que sigue.

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  3. Leído en La Jornada:
    El Observador Romano, medio oficial del vaticano, criticó a Avatar por el "claro ecologismo" del filme "se empantana en un espiritualismo ligado al culto a la naturaleza con no pocos guiños a una de las muchas modas del tiempo".

    Y no ha sido el único de la Iglesia católica que ha criticado la cinta, ya que Radio Vaticano ha ido más allá: "Es un gesto de complicidad con las seudodoctrinas que han hecho de la ecología la religión del milenio".

    http://www.jornada.unam.mx/2010/01/13/index.php?section=espectaculos&article=a09n1esp

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